miércoles, 27 de julio de 2011

De Vidas y Telarañas

 Princesa Isabel Winselbach von Pfalz, futura esposa del duque de Lorena, y señora de Lotharingia, a causado gran revuelo su pronto matrimonio con el duque, ya que acerca aun mas la tierra de lorena al Imperio, se ve una joven agraciada y silenciosa. los francofilos estan preocupados por ella, ya que no solo es germana sino que ademas es princesa de un importante reino, Lotharingia. se le conoce por su aficion a ponerse armaduras y hacer frente a soldados con su caracter masculino, el hecho que se casen el Lorena aumenta mas las sospechas.

Einrich Lorena-Vodeumont: joven duque de Lorena, llegado hace poco despues de la tragica muerte de su padre, a manos del Rey de Lotharingia, cansado de no recibir respuesta del rey frances, se alio con el rey de lotharingia, casandose con su hija, convirtiendose en el nuevo rey de Lotharingia, y duque de lorena. 

Principe Ribauld el Ciego, Ventrue noble y señor de Metz, perteneciente a la casa de Lorena, gano su señorio derrotando a su antiguo predecesor, Wilhelm el zanquilargo, al cual dio muerte definitiva. ultimamente esta preocupado por dos problemas importantes en la ciudad, las reclamaciones de Elouse de Nancy, Principe de esa ciudad y chiquillo del antiguo señor de Metz, sobre el señorio, y la entrada de fuerzas militares germanicas en el reino, los cules generarian tension entre los ciudadanos.

Christina

lunes, 25 de julio de 2011

El Amo

Nicolás a veces se sentía mareado en tierra firme, años navegando le habían quitado la costumbre del suelo firme a sus pies, lo que hacia ajeno el caminar por los empedrados caminos de Metz, sin embargo a sus treinta y tantos años no podía regodearse el rechazar una herencia como el Palacio de Feuburg. Cuando supo la noticia, bajo inmediatamente en el primer puerto y busco montura hacia la Lorena Franca, entusiasmado por su suerte, que vaticinaba el fin de sus días como viajero sin hogar. Iba ligero de bagaje, no tenia muchos recuerdos, el mar se los había llevado todos "¡Que va! Que los engulla y no los escupa nunca, así empezare de nuevo, y me convertiré en un hombre rico" se repetía en su cabeza. Para cuando llego encontró un palacio enorme, medio abandonado, medio derruido, ahogado por enredaderas. En la puerta lo estaba esperando un viejo sirviente de su tío, el cual por fidelidad o por no tener donde ir, se había quedado en el lugar. El castillo quedaba a siete leguas de la ciudad de Metz, la cual se veía desde las alturas de la colina donde había sido construida. Los días pasaban y Nicolás estaba cada vez mas fastidiado por el continuo olor a humedad del lugar, el fatigoso andar de su sirviente, y la incerteza de la firmeza de las piedras sobre su cabeza. Los platos de avena no parecían muy distintos a los del mar, inclusive peores... el silencio y la monotonía del lugar lo empezaron a enfermar, decidió un día quemar un retrato único de su abuelo, famoso por haber ido a la cruzada junto a San Luis, el rey santo. el rostro del augusto hombre son sus honores militares, se deformaban en el fuego de la pira, y el sonido del rollo y las maderas desapareciendo en cenizas le agradaron a Nicolás... la vida no había sido justa con el, se había reído de manera malvada he hiriente en su cara, quitándole una vida para otorgarle una sin sentido, pues esa noche dejaría el castillo, cabalgaría hacia Metz y vendería la ultima platería de su familia, y se iría hacia Genova, el hogar de sus ancestros. El viejo sirviente, anciano trato de convencerlo para que abandonara su empresa, pero Nicolás estaba atareado escuchando el crepitar de la madera a su espalda mientras ensillaba a su caballo, entonces el anciano quedo mudo de repente, lo que llamo la atención de Nicolás... giro para observar la entrada del palacio, no había nada solo árboles y hojas que se azotaban por el viento, luego observo al anciano mirando hacia los cielos, que inquietos, rompieron en vientos huracanados.


"Monseñor Nicolás, el amo ha vuelto a su morada... es mejor que me vaya a preparar su comida, usted sire debería volver a sus aposentos, pronto lo irán a visitar, se podría encolerizar si lo ve acá afuera..." Nicolás miro como el viejo caminaba hacia adentro del castillo y pensó en la locura que se estaba apoderando del anciano, cuando escucho unos cascos de caballos, como emergiendo de repente entre los sonidos de las hojas de los árboles, se giro a mirar a la entrada, y nada, solo el bosque que se mecía a merced del viento. No podía dejar de escuchar los cascos de los caballos en el camino de la entrada. 

Termino de ensillar su caballo y se apresuro a buscar la platería, entonces se detuvo bruscamente, no se atrevió a mirar a su lado, hacia el portón antiguo de la salida, escucho una voz antigua, llena de autoridad y brutalidad, no sabia lo que decía, pero supo quien era, sus pies flaquearon, y su corazón batía su pecho acelerando su paso... Nicolás definitivamente tenía un mal destino, no debería haber quemado ese retrato, el amo había vuelto...

domingo, 24 de julio de 2011

El Diablillo de Madera


Todos dormían en Metz a la hora de las Brujas, soñando placenteros sueños de lujos para algunos, reinos para otros, y princesas para aquellos, obviamente eran los mas, habían otros sueños mas lejanos, buenos y mágicos, raros en un lugar tan miserable donde la vida es corta y alimenta los sueños de guerra de un par de hombres poderosos. Y están los otros... los cuales eran hermanados de las pesadillas, deseos oscuros y brutales que se tejen en las almas más infames... o malditas. Madeleine se encontraba observando la luna redonda y plateada desde la ventana de su casa, pensando en su prima, Violante, la cual era todo un suceso en la aburrida vida agreste de la Lorena, venia de un reino tan lejano y desconocido como Navarra, tenia historias y personalidad, además de la edad para encantar a los jóvenes no por sus palabras. Sin embargo todo eso bueno que había ocurrido nada mas llegar a Metz, se había transformado poco a poco, después de la desaparición de Jean hijo del zapatero, el cual se decía andaba de amores con Violante, la morena vasca, Madeleine los había visto adentrarse al bosque el mismo día que este joven desapareció, cuando Madeleine se lo menciono a sus padres, no le creyeron, y se gano la enemistad de Violante. Mas los rumores corrieron rápido por las calles de Metz, y pronto se decía que alguno había visto a una mujer morena salir volando desde la casa de los padres de Madeleine, o que otro día vieron a la vasca hechizar a un gato con su mirada. Era todo muy problemático, ya no sabia que hacer lo padres de Madeleine, inclusive estaban pensando en mudarse, ya que encontraron muy desagradable los chismes de la ciudad, por lo que pensaron volver al Pueblo. Esa noche Madeleine no dormía, solo observaba la luna, de pronto dio la vuelta para acostarse, y en el umbral de la puerta observo a Violante quieta y erguida en su camisón, mirándola fijamente como si intentara hacer lo que hacia con los gatos, pareciera como si una desdibujada sonrisa se hubiera formado en su rostro, como si algo malvado hubiera hecho o fuera a hacer, los ojos negros no parecían ser parte de Violante, sino de "otro". Un grito estridente despertó a la casa y a parte del vecindario, con lo cual llevaron a Violante a su dormitorio, estaba como adormecida, cuando llegaron a la cama para tenderla, había una pequeña pieza de madera en su cama, un diablillo tallado, con cuernos y todo, los padres de Madeleine se miraron con asombro.

Basto un murmullo, y a la semana siguiente Violante era quemada en la plaza los Santos Inocentes, a la vista del desprecio popular, agonizo siendo quemada su cabellera lejana, y sus ojos vascos. Llegada la noche Madeleine miro nuevamente, a la hora de las Brujas, hacia la luna, esperando su siguiente sueño, uno de Aquelarres y Fuego.



En la profundidad

Gerhard parecía muy interesado en las mutilaciones que habían sufrido las gárgolas de la catedral de Saint-Etienne, se preguntaba el motivo de escribir tales símbolos en la piedra de las estatuas, sobre todo aquellas que parecían erguirse en lo alto de la construcción, donde no parecía ser para contemplación de nadie, y tampoco se preguntaba como fueron infligidas por alguien sin las seguridades mínimas de la cuerda y otros secuaces, pero a Gerhard no le intereso eso que parecía algo muy importante en apariencia, sino el origen de tales símbolos. Cuando el monje vio rastros de sangre ennegrecida en la campaña superior, supo que algo malo sucedía, y después las gárgolas, entonces llamaron a Gerhard, un masón antiguo de Colonia, el cual su padre, abuelo, y bisabuelo habían trabajado en la construcción de esta catedral. Había ciertos símbolos que había traído de su familia en Colonia, símbolos antiguos cuando su familia vivía a orillas del Río, el significado de aquellos símbolos se perdió, pero sus sucesores continúan usándolos, atribuyéndole buenos designios y protecciones. Le habían asignado un acompañante como guía y ayuda, como si el lo necesitara, pensaba con fastidio en el, y trataba de pensar como alejarlo mientras trataba de recordar donde había visto esos símbolos. De pronto recordó algo, y camino rápido con entusiasmo , seguido de cerca por su vigía, bajando la Torre mayor , o la lanza de Saint Etienne, llegando al vestíbulo episcopal, donde recordó la historia de San Marcel PortaCorona, un santo apócrifo de orígenes oscuros, según se decía había descendido a los infiernos, trayendo consigo una de las coronas del Maligno. Busco en la corona que traía consigo el santo en su mano izquierda, en lo alto como ofreciéndola al cielo, y se desprendió una pesada llave de hierro, cayendo ruidosamente en el piso de camposanto, pronto una sensación de ser vigilados por una respiración pesada los alerto, Gerhard vio que su acompañante también estaba sorprendido, y vieron con asombro que una de las lozas de mármol en el piso de la Iglesia estaba abierta de par en par, cuando recién hace unos momentos habían estado parados allí, dejando ver un pasaje subterráneo, del cual emanaba un miasma repugnante. El corazón palpitaba fuerte en el pecho de Gerhard, luego se encendió una luz en las profundidades mortuorias del abismo.

Y Gerhard, mirando a su oscuro acompañante, susurro- Nos están esperando…-


fin intro pj 2

El Anochecer en Lorena

El camino tranquilo y apacible del doctor Lorence Mergerett y su discípulo Ribald, se veía prolongado y casi eterno a través de las campiñas del Ducado de Lorraine, el camino hacia la residencia de su viejo amigo, el prodigo Dronar el pardo, no parecía buena idea ahora, con el frió y la soledad agreste de este solitario y apartado señorío, ora germánico, ora franco, dependiendo de la fiereza ya sea del Emperador o del Rey, la verdad Lorence había escuchado que los habitantes nunca eran mas felices que cuando el duque era independiente. 

Dronar vivía en las cercanías del barrio judío, por la poca importancia que le daban los messins a los hebreos. estaba pensando con lo que iban a llenar sus estómagos en la mañana cuando cuatro jinetes pasan raudos  sus costados, uno de ellos parecía ser perseguido por los últimos tres, que se veían como caballeros armados, el fugitivo sin mas parecía un noble joven o un hijo de burgués, sin embargo a tres millas, lograron dar con el y derribarlo de su montura, el jamelgo corrió hacia los pastizales asustado por la fiereza de los captores, Lorence avanzaba circunspecto en su carruaje , sin embargo los caballeros no parecían tomarle la mas mínima atención. fugitivo no era ni mas ni menos que una joven , embarazada y con evidente muestra de alumbrar, seguramente apurada por el brusco correr en corcel, los hombres le dijeron.

-Levantaos monseñora, se os espera en vuestro hogar, no hagáis esto mas difícil.- dijo el mas alto de los tres, a lo cual la mujer se arrastro dificultosamente hacia el borde del camino, con la cara enrojecida, apunto de llorar.
-No volveré a la casa de vuestro vil señor, el Duque de Borgoña puede pudrirse en el infierno, dejadme llegar donde mi primo-hermano, que si se llegara a saber que estuvisteis en tierra de Lorena  sin anuncio ni permiso, os provocara un problema mayor que si vuestro señor os castigase, arrrrrrgg- gemía la joven señora, ciertamente hermosa aun así de afligida por los males del parto-así que os ordeno dejarme llegar donde el señor de Lorraine...-los tres  se detuvieron ante las ciertamente amenazadoras palabras de la muchacha, después de todo si era tal persona que decia ser, entonces realmente habia un problema, para Lorence y para Ribald, ademas del extraño acompañante de esa noche... 
-Entonces nadie tendra que saber esto monseñora, ustedes, coged a aquellos forasteros, destripadles si es necesario...



Fin introduccion pj 1