El camino tranquilo y apacible del doctor Lorence Mergerett y su discípulo Ribald, se veía prolongado y casi eterno a través de las campiñas del Ducado de Lorraine, el camino hacia la residencia de su viejo amigo, el prodigo Dronar el pardo, no parecía buena idea ahora, con el frió y la soledad agreste de este solitario y apartado señorío, ora germánico, ora franco, dependiendo de la fiereza ya sea del Emperador o del Rey, la verdad Lorence había escuchado que los habitantes nunca eran mas felices que cuando el duque era independiente.
Dronar vivía en las cercanías del barrio judío, por la poca importancia que le daban los messins a los hebreos. estaba pensando con lo que iban a llenar sus estómagos en la mañana cuando cuatro jinetes pasan raudos sus costados, uno de ellos parecía ser perseguido por los últimos tres, que se veían como caballeros armados, el fugitivo sin mas parecía un noble joven o un hijo de burgués, sin embargo a tres millas, lograron dar con el y derribarlo de su montura, el jamelgo corrió hacia los pastizales asustado por la fiereza de los captores, Lorence avanzaba circunspecto en su carruaje , sin embargo los caballeros no parecían tomarle la mas mínima atención. fugitivo no era ni mas ni menos que una joven , embarazada y con evidente muestra de alumbrar, seguramente apurada por el brusco correr en corcel, los hombres le dijeron.
-Levantaos monseñora, se os espera en vuestro hogar, no hagáis esto mas difícil.- dijo el mas alto de los tres, a lo cual la mujer se arrastro dificultosamente hacia el borde del camino, con la cara enrojecida, apunto de llorar.
-No volveré a la casa de vuestro vil señor, el Duque de Borgoña puede pudrirse en el infierno, dejadme llegar donde mi primo-hermano, que si se llegara a saber que estuvisteis en tierra de Lorena sin anuncio ni permiso, os provocara un problema mayor que si vuestro señor os castigase, arrrrrrgg- gemía la joven señora, ciertamente hermosa aun así de afligida por los males del parto-así que os ordeno dejarme llegar donde el señor de Lorraine...-los tres se detuvieron ante las ciertamente amenazadoras palabras de la muchacha, después de todo si era tal persona que decia ser, entonces realmente habia un problema, para Lorence y para Ribald, ademas del extraño acompañante de esa noche...
-Entonces nadie tendra que saber esto monseñora, ustedes, coged a aquellos forasteros, destripadles si es necesario...
Fin introduccion pj 1
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